LA RESTAURACIÓN DE DOCUMENTO GRÁFICO, dentro de los archivos, de las bibliotecas y en centros independientes

Puede que no sea una profesión excesivamente nueva para descubrir, ya que en Archivoz, se ha tratado el tema de la  restauración en varias ocasiones, sobre todo con la vinculación que tiene la profesión con Archivos  y Bibliotecas, como no podría ser de otra forma, (véase artículos: https://www.archivozmagazine.org/es/la-preservacion-de-los-archivos-cinematograficos-del-moma/ y https://www.archivozmagazine.org/es/hemos-salvado-muchos-documentos-importantes-ines-baro-jefa-del-laboratorio-de-conservacion/ )

En otras ocasiones la restauración se vincula a la conservación y a la preservación, pero esta en sí, es una actuación que se realiza sobre la documentación cuando estas otras medidas no han sido llevadas a cabo. Y que siempre tienen un origen antrópico, somos la enfermedad y el remedio.

Por ello vamos a descubrirla en una serie de artículos consecutivos donde desgranaré ideas que, no por repetidas y difundidas, son conocidas como se merecen, o al menos eso es lo que creo, incidiendo en que la comunicación fluida y sencilla hará que se ame un poco más el trabajo que muchas personas realizamos, casi siempre en la sombra.

Detalle de examen organoléptico.

LA PROFESIÓN.

En el siglo de la globalización y de la información masiva, puede que estemos un poco sobresaturados de artículos, estudios, informes, etcétera… pero esto no quiere decir que dejemos de aprender y conocer a compañeras y compañeros de profesión que muchas veces están mucho más cerca de lo que creemos.

Puede que no en todos los archivos, pero si en muchos, sobre todo en Nacionales y Provinciales, al menos en España, exista y se ejercite esta profesión que cuenta con un personal que es aun más desconocido que la figura de la archivera o archivero, y esta es:

la de la restauradora o restaurador

Otros archivos, digamos no tan dotados, que no tienen este personal cualificado en algún momento cuentan con servicios de conservación y restauración externalizando servicios, y ahí están también los compañeros y compañeras cuidan y miman nuestros papeles por medio de contrataciones autónomas.

Citar todas las titulaciones que acreditan a los y las profesionales del ramo sería arduo y largo, como pasa en muchos otras muchas carreras universitarias y títulos medios.  La referencia obligada es a las diferentes Escuelas Superiores de Conservación y Restauración de Bienes Culturales que hay en España. También a las universidades que imparten Grados que son de titularidad pública y que pueden complementar su oferta con masters que capacitan para ejercer la profesión.

Y aunque como en casi todos los países europeos, tengamos diferencias curriculares, se trabaja mucho para conseguir una homologación con los títulos, para estar y tener todas las mismas oportunidades. Lo que sí tenemos es una gran desinformación de referencia con geografías no Europeas, quiero decir que poco sabemos, aunque internet hace su magia y revistas como esta también. Tenemos que abrirnos más y aprender de todos los continentes.

En España existe una Asociación que lucha por la unidad y el reconocimiento de la profesión es ACRE (https://asociacion-acre.org/el-conservador-restaurador/)  como agente unificador de las y los profesionales y de lucha por el reconocimiento y la puesta en valor tanto del Patrimonio como de las personas que lo protegemos.

La profesión tiene unas características especiales, tanto y cuanto, se trata de una mezcla bien equilibrada de conocimiento, estudio continuo, investigación y trabajo manual práctico. Las manos, algo tan cotidiano, es la herramienta fundamental.

Habitualmente cuando es necesaria la restauración es porque han fallado o han sido inexistentes los tratamientos o planes de conservación. Vamos, que las restauradoras somos las últimas en el eslabón de la cadena de custodia y guarda del papel. Cuando la documentación se da por perdida o está sentenciada a la desaparición, aparecemos.

Deseablemente toda institución que custodia documentación gráfica debería contar con planes de preservación, con formación del personal, espacio y al menos una restauradora/or de referencia, para poder aunar esfuerzos. Algo tan sencillo como planificar espacios, actuaciones y sugerir normas de uso y manipulación. Esta situación es igual que la que existe con el personal técnico de Museos ya que  nadie pensaría que no existiera este tipo de profesionales en las instituciones.

Aunque otro problema que también encontramos en esta comparación es que muchas veces se aúne el termino Conservación-Restauración, y no es lo mismo.

La restauración en sí es un proceso intervencionista sobre el soporte físico, aunque no es solamente eso.

Por ello, cuando llega el momento, toda actuación que se lleva a cabo sobre la documentación gráfica ha de ser estudiada, comprobada y contrastada, por lo que uno de los pasos mas importantes es el diagnóstico. Y aquí es donde debe prevalecer todo lo aprendido académicamente unido la experiencia profesional. El principio de respeto y prudencia así se alían con una acción controlada, pausada e inequívoca.

Unos de los principios deontológicos a seguir, es el de la mínima intervención (http://www.ecco-eu.org/fileadmin/user_upload/ECCO_professional_guidelines_II.pdf ). El respeto hacia la obra, su historia y sus materiales son claves para realizar una intervención correcta, que haga que la documentación llegue a futuros humanos con toda su integridad.

La recepción de la obra, el examen organoléptico, la toma tipificada de datos, el estudio fotográfico, la variabilidad de los tratamientos y el diagnóstico son las primeras acciones que realizamos. Y si necesitamos consejo, por dudas o para debatir ideas, se realiza consultas con investigadores u otros profesiones, siendo esta una de las partes mas gratificantes. Siempre compartir y poner en común las experiencias nos enseña. hace que no cometamos errores y sobre todo nos hace crecer.

Por ello, la preservación (y llegado el caso) la restauración del acervo cultural documental está en nuestras manos, que se unen con las de otras muchas profesiones como la de los archiveros y archiveras.

En el siguiente capítulo hablaré de la materia, que es muy dispar: sobre lo que restauramos.

Autora: Verónica Ojeda Jiménez, restauradora.

 

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