El género documental en el ámbito cinematográfico es uno de los más antiguos y conocidos. No en vano, las primeras obras cinematográficas muestran aspectos de la vida cotidiana de sus contemporáneos, como el célebre cortometraje «La salida de la fábrica Lumière en Lyon», de Louis Lumière, del año 1895. Son obras que, si bien en un principio adolecían de las lógicas limitaciones técnicas de la época, han acabado siendo documentos de primera mano que nos acercan a épocas pasadas.
Entre los pioneros del género documental hay algunos nombres imprescindibles. Uno de ellos fue el célebre Burton Holmes, explorador, cineasta y viajero. Fue el pionero del fotorreportaje, documentando sus primeros viajes con una pesada cámara en caja, que sería reemplazada en sus siguientes viajes por una Kodak. Desde muy joven, fue el sucesor de John L. Stoddard, que era, en aquélla época, el autor más reconocido de lecturas públicas sobre grandes viajes. Tiene una estrella de la fama en Hollywood.
Fue una ávido viajero que documentó, primero en fotografía y luego en cine, diferentes lugares del mundo. El primer cortometraje que realizó fue “La Catedral de San Pedro de Roma”, en 1897, a la que siguieron muchas otras capitales de Europa, como este cortometraje que muestra la vida en las calles de París en 1927. Esta obra ha sido restaurada, digitalizada y coloreada por la organización Internet Archive.