Hoy entrevistamos a Víctor López Lorente, un archivero que nuestro público probablemente ya conozca porque le entrevistamos hace unos años cuando aún trabajaba como archivero de la Filmoteca Española. Volvemos a hablar con él para que nos cuente en qué consiste su nuevo puesto de trabajo en el Archivo del Museo Nacional de Artes Decorativas, una institución en el corazón de Madrid que, sin embargo, aún tiene muchas joyas escondidas. Además, nos hablará sobre el importante papel que tiene su doble formación como archivero e historiador del arte y de cómo fue su etapa formativa en estos dos sectores aparentemente tan distantes, pero en realidad tan cercanos.

 

(Archivoz) Buenos días, Víctor antes de hablar en detalle sobre varias cuestiones nos gustaría saber un poco más sobre tu lugar de trabajo. ¿Nos podrías hablar brevemente sobre el Archivo del Museo Nacional de Artes Decorativas, su historia y sus fondos?

(Víctor López Lorente) El archivo del Museo Nacional de Artes Decorativas custodia la documentación que ha generado la institución desde su fundación, con el nombre de Museo Nacional de Artes Industriales en el año 1912 hasta la actualidad. Durante los primeros años la sede del Museo se encontraba en un piso de la Calle Sacramento, en pleno Madrid de los Austrias. Ese espacio muy pronto se quedó pequeño, y en los años 30 el Museo se trasladó a su sede actual, en la calle Montalbán, ya con el nombre de Museo Nacional de Artes Decorativas. El archivo se creó en el mismo momento en el que se fundó la institución, por lo que aquí es posible encontrar documentos de todos los periodos por los que ha atravesado la historia del Museo, aunque hay algunas etapas que se encuentran mejor representadas que otras. Junto a este fondo institucional, también se conservan muchos archivos privados, procedentes de empresas e instituciones que han desaparecido, como los de las fábricas de Los Certales; Lorraco; Herraiz; o la Fundación de Gremios, que en su momento fueron referentes mundiales en la producción de muebles, las artes decorativas y el diseño. Todo esto hace que la consulta de este archivo sea fundamental para cualquier investigador que desee adentrarse en el estudio del mobiliario, y de la historia del diseño.

 

(A) En tu opinión, ¿cuáles son las peculiaridades de trabajar en el archivo de un museo con respecto a otros archivos?

(VLL) La principal peculiaridad que tiene este trabajo es la propia naturaleza del archivo de una institución cultural, cuyos fondos, a mí personalmente, me resultan más interesantes que los que se pueden encontrar en otro tipo de archivos, pues la documentación que aquí se conserva permite investigar las piezas de las colecciones. Nuestro museo alberga objetos de la vida cotidiana, y ese interés etnográfico, que también queda reflejado en los documentos de archivo, lo que me parece tan interesante. Además, los museos no dejan de ser instituciones educativas, y en ese sentido, el trabajo de archivo dentro de un museo permite colaborar con los técnicos, comisarios, y restauradores, que velan por la conservación más adecuada de las piezas, las contextualizan, crean nuevas narrativas, y en definitiva, fomentan la accesibilidad y el estudio de las colecciones. El hecho de estar en contacto con profesionales de disciplinas tan diversas hace que sea un trabajo en el que se aprende mucho.

 

(A) Nos gustaría saber un poco sobre tu día a día en el Archivo del Museo Nacional de Artes Decorativas. ¿Cuáles son los aspectos que te resultan más interesantes?

(VLL) Quizás la parte más gratificante de este trabajo es el poder prestar ayuda a los usuarios que acuden al archivo para que puedan localizar la documentación que les resulta útil para el tema que están estudiando. Atendemos consultas tanto de forma presencial como por correo electrónico, y aunque hay personas que ya vienen con las ideas muy claras sobre lo que quieren consultar, lo habitual es que acudan buscando asesoramiento. En el archivo contamos con un servicio de referencias, desde el que ofrecemos ayuda sobre los fondos que se pueden consultar en nuestro archivo, pero también orientamos a los usuarios hacia otras instituciones a las que podrían acudir buscando documentación relacionada con el objeto de estudio. Esta faceta que tiene el archivero de poder ayudar a otras personas a hacer valer sus derechos, o a realizar investigaciones que redunden en el mejor conocimiento de nuestro pasado, creo que es una de las cosas más bonitas que tiene mi trabajo.

 

(A) Desde el Archivo organizáis diferentes iniciativas que, en ocasiones, involucran al público del Museo. ¿Nos podrías contar alguna de las actividades que consideras más interesantes?

(VLL) Siempre intentamos buscar iniciativas que permitan fortalecer el vínculo entre los visitantes y el patrimonio que conserva el Museo. Por ejemplo en unas semanas nos va a visitar un grupo de alumnos de la Universidad Complutense de Madrid, y propusimos a la profesora enseñarles, junto a las piezas que querían ver, la documentación que ha generado esas piezas, para que los alumnos puedan comprender la función que cumple el archivo de un museo, y vean que sin esa documentación, las obras se quedarían descontextualizadas. Con frecuencia intentamos mostrar también documentación de archivo en las exposiciones temporales, como ocurrió en la exposición de Al bies. Las artistas y el diseño en la vanguardia española. También tenemos la actividad de Inside out: la colección del museo frente a sus profesionales, en el que, coordinados por el Departamento de Difusión, los trabajadores de los diferentes departamentos mostramos una pieza, que sirve como excusa para acercar en qué consiste nuestro trabajo, aunque, de momento, en el archivo todavía no nos hemos lanzado a participar en esta iniciativa.

 

(A) Al celebrar estas actividades, ¿cuál suele ser la respuesta del público?

(VLL) Casi siempre tenemos una respuesta muy positiva y enriquecedora. En general, los visitantes siempre muestran mucho interés por los procesos internos del Museo, y suelen estar agradecidos por el trabajo que realizamos, y los esfuerzos que dedicamos a acercarles la realidad de nuestro trabajo. Creo que estas actividades son muy interesantes, porque generan una mayor comprensión del papel que los museos desempeñan en la custodia del patrimonio, y al final, se fortalece la misión educativa y social de la institución.

 

(A) Hace unos años finalizaste tu doctorado en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid y hoy eres archivero del Museo Nacional de Artes Decorativas, ¿cómo crees que tu formación histórico-artística ha influenciado o influencia tu trabajo diario como archivero?

(VLL) Creo que al final mi formación histórico-artística ha condicionado mi trayectoria profesional, pues cuando yo comencé a estudiar el Posgrado de Archivística ya tenía claro que si alguna vez me decidía a estudiar la oposición, sería para trabajar en el archivo de un museo o de una institución cultural. Al final el trabajo de archivo es, junto con la propia obra de arte, el punto de partida de la historiografía artística, y como historiador del arte no puedo obviar esta realidad. Al final, sin la documentación de archivo las obras de arte se quedan descontextualizadas, y eso dificulta muchísimo su estudio.

 

(A) Por tu experiencia personal, habrás tenido que realizar muchos trabajos de investigación en diversos archivos ¿crees que este aspecto hace que tu aproximación al trabajo sea diferente al de una persona con otro tipo de formación?

(VLL) Yo siempre me he movido entre los dos lados del mostrador, el del usuario que acude a los archivos en busca de documentación que me ayuden a desarrollar mi investigación, y el del archivero que ayuda y orienta a los ciudadanos que acuden al archivo en busca de documentos para llevar a cabo sus propias investigaciones, o simplemente para hacer valer sus derechos. Esto hace que en muchas ocasiones empatice mucho con los usuarios, y que a veces incluso me adelante pensando en el tipo de documentación que puede serle más útil para lo que esté estudiando.

 

(A) Antes de presentarte a las oposiciones, ya tuviste la oportunidad de trabajar el archivo de un museo. ¿Podrías contarnos un poco sobre esa experiencia en tu etapa formativa?

(VLL) Efectivamente, durante mi periodo formativo compaginé la realización de mi tesis doctoral con diferentes becas que me permitieron adquirir una formación práctica en la gestión de archivos. Siempre tuve claro que poder disfrutar de la experiencia práctica que te otorga una beca de este tipo es un privilegio, pues lo habitual es que el número de solicitudes sea enorme. Por entonces las becas FormArte del Ministerio de Cultura se podían disfrutar hasta en tres ocasiones, y yo intenté no repetir nunca destino, para hacer de esto una experiencia formativa que me permitiera conocer diferentes instituciones y formas de trabajar. Siempre intenté empaparme de instituciones culturales de primer orden y con fondos de diversa naturaleza, como el Reina Sofía, el Museo del Prado, el Lázaro Galdiano, o la Filmoteca Española, donde también pasé unos meses de becario, antes de ser mi primer destino tras haber aprobado la oposición. Pero en esta etapa también intenté conocer cómo era el trabajo en otro tipo de archivos, como el Archivo Central del Ministerio de Educación, el Archivo General de la Administración, o el Archivo del Congreso de los Diputados, que me sirvieron para reafirmarme en la orientación que quería dar a mi carrera profesional, y en adquirir una formación práctica que luego resultó fundamental para aprobar la oposición.

 

(A) ¿Crees que este tipo de iniciativas, especialmente las becas, son una buena manera para que los/as jóvenes sientan una mayor atracción hacia el mundo de la archivística?

(VLL) Desde mi experiencia, pienso que las becas de formación práctica son una herramienta excelente para iniciarse en la práctica de la profesión. No solo entre los jóvenes, pues en realidad una persona de mediana edad tiene todo el derecho a decidir, en un momento determinado de su vida, dar un giro a su trayectoria profesional, e iniciarse en esto de la gestión de archivos. Las becas te ayudan a adquirir una experiencia muy diferente de la que se estudia en los manuales de archivística. Yo tuve la suerte de dar con tutores que realmente se preocuparon por enseñarme, y hacer que la beca fuese algo más que sacar un trabajo adelante. Recuerdo con particular cariño mi paso por el Museo del Prado, que es una institución que se preocupa mucho por formar a los becarios. Constantemente nos proponían la asistencia a jornadas y cursos, encuentros con los diferentes trabajadores del Museo para que nos contaran en qué consistía su trabajo, y actividades para interactuar con los visitantes. Creo que, entendidas de este modo, las becas pueden ser una oportunidad fantástica para aprender, adquirir una experiencia práctica, y desarrollar unas habilidades que luego resultan fundamentales para ejercer como archivero.

Imagen de cabecera: Fachada del Museo de Artes Decorativas, Madrid. Fotografía de María Teresa Chicote.

Entrevistado

Víctor López Lorente

Víctor López Lorente

Ayudante de archivos del Museo Nacional de Artes Decorativas

Licenciado en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid, se formó posteriormente como archivero entrando a formar parte del Cuerpo de Ayudantes de Archivos del Ministerio de Cultura en 2021. Tras obtener un puesto en la Filmoteca Española, pasó a trabajar en el archivo del Museo Nacional de Artes Decorativas. Además de dedicarse a sus labores archivísticas, sigue desarrollando su labor investigadora y docente en el ámbito universitario.

 

Entrevistadora

María Teresa Chicote Pompanin

María Teresa Chicote Pompanin

Editora de contenidos, Archivoz Magazine

Profesora Ayudante Doctora de la Universidad Complutense de Madrid

Graduada en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid, cursó posteriormente un máster en en el Warburg Institute de Londres donde también completó su tesis doctoral en 2020. Tras una etapa postdoctoral en la Durham University y en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, obtuvo el puesto que actualmente ocupa. Sus investigaciones se centran en cuestiones relacionadas con la promoción artística en el tránsito entre las edades media y moderna, con una atención especial en temas relacionados con la información archivística y la decoración de la documentación legal.

Share This