En enero de 2007, hace ya más de 14 años, SEDIC promovió la publicación de “Guía sobre gestión de derechos de autor y acceso abierto en bibliotecas, servicios de documentación y archivos”, elaborada por Ignasi Labastida Juan y César Iglesias Rebollo, como una de las muchas iniciativas para promover el acceso abierto a la información y la documentación.
Es sorprendente el camino recorrido en estos últimos años por el movimiento de acceso abierto. A día de hoy tenemos leyes que promueven el acceso abierto entre los investigadores, la reutilización de la información del sector público. Incluso a nivel europeo ya se ha establecido un límite a la propiedad intelectual para que ésta no sea un impedimento en la realización de determinadas investigaciones o actividades de “minería” de textos y datos.
Este desarrollo, sin duda, muestra la existencia de un consenso amplio respecto a la necesidad – ya no decimos conveniencia- de facilitar el acceso a la información y a los datos para continuar promoviendo la investigación y el desarrollo de nuevas ideas.
Todo ello se ha traducido en una progresiva adaptación de la normativa y de la práctica de los derechos de autor para no ser un “impedimento” en el desarrollo de la investigación y la conservación.
También ha aumentado de forma muy importante, la capacidad tecnológica de investigación y el tratamiento de conjuntos de datos estructurados y desestructurados.
No obstante, lo que se ha simplificado por un lado, se ha complicado por otro.
Efectivamente, la aprobación del Reglamento General de Protección de datos, primero, y de la LOPDGDD, después, deben servir como recordatorio de que en la era de la información, la adecuada gestión de los datos de carácter personal es un reto pendiente.
Supone un reto, entre otras cosas, porque actos que antes eran irrelevantes, de pronto pueden tener unas consecuencias inesperadas. Por ejemplo, tomar una fotografía para ilustrar una página web o un vídeo para describir las actividades de la empresa se convierten en actividades de riesgo. Pero también porque datos que creemos que ya no se pueden vincular a personas pueden someterse a proceso de reidentificación, según la Agencia Española de Protección de Datos. Sin olvidarnos, que el acceso a los datos de carácter personal posibilita ya ser sometidos a todo tipo de manipulaciones más o menos sutiles.
Por lo tanto, cualquier profesional que trate con información, sea cual sea su rama de especialidad, necesita conocer al menos unos principios básicos de protección de datos. Esta exigencia se incrementa para quienes se encargan del diseño y gestión de los sistemas de gestión de la información y la documentación, ya que son quienes deben tomar las medidas para que dichos sistemas sean respetuosos con la protección de datos de carácter personal.
Los repositorios de artículos, el acceso a los datos originales de la investigación y la publicación en abierto, son actividades que pueden dar lugar a situaciones de vulneración de los derechos a la protección de datos. Piénsese, por ejemplo, en la posible reidentificación de los participantes en un estudio de psicología si se cruzan los datos de la investigación con el listado de alumnos de un determinado centro de investigación. Piénsese también, por ejemplo, en la persona que participa en un proyecto de Historia contando su participación en un determinado evento histórico, sin saber que dicha entrevista va a ser públicamente accesible.
En suma, para que se pueda promocionar y hacer posible el acceso abierto a la información es necesario que los responsables de los sistemas de gestión de la información aborden de manera preventiva esta cuestión de los datos de carácter personal a fin de que dentro de otros 14 años podamos seguir celebrando la evolución de los datos e información en abierto.
La formación en protección de datos es fundamental para que los profesionales puedan tomar las decisiones adecuadas, valorar los riesgos y prevenir incumplimientos que, a la postre, podrían resolverse con sanciones, que pueden alcanzar cantidades inmensas, con el gran perjuicio que causan, no solo en el ámbito financiero.
SEDIC ampara, una vez más, la formación en Protección de Datos, que viene a ofrecer el conocimiento necesario para que los profesionales de la Documentación y la Información Científica puedan tomar las riendas de esta realidad, siendo los principales protagonistas a la hora de tomar las decisiones adecuadas minimizando los riesgos en el desarrollo de sus carreras profesionales.