En Archivoz tenemos el honor de entrevistar a Raffaella Vincenti que ocupa desde el año 2016 el cargo de Secretaria General y responsable de la oficina de la Biblioteca Apostólica Vaticana, ratificado este año por el Papa Francisco. Raffaella ha tenido una trayectoria brillante desde que en 1994 se licenciara en Historia de la lengua italiana (con Luca Serianni) en La Sapienza en Roma, pasando a especializarse en 2004 en la Escuela Especial para Archiveros y Bibliotecarios de La Sapienza, con una tesis en Informática para archivos y bibliotecas. Fue la primera mujer en la historia en entrar en el Consejo de Bibliotecas de la Biblioteca Apostólica Vaticana y desde 2010 enseña Bibliografía y Referencias en la Escuela de Biblioteconomía del Vaticano. Ante la repercusión de la ratificación de su nombramiento, hemos considerado de gran interés para nuestros lectores saber un poco más acerca de esta gran profesional del ámbito de las bibliotecas.

(Archivoz) Muchas gracias, Dott.ssa Vincenti, por colaborar con la revista. El pasado 12 de junio el Vaticano publicaba una nota de prensa en la que decía textualmente “Raffaella Vincenti, nombrada por el Papa como nueva jefa de la oficina de la misma institución, donde anteriormente ocupaba el cargo de secretaria” saltando inmediatamente a todos los medios por considerarse un claro signo de apertura que viene precedido de otros mensajes como el ofrecido por el Santo Padre en la Misa celebrada el 1 de enero de 2020 en la que indicaba la necesidad de involucrar a las mujeres en la toma de decisiones.

(RV) Tengo que confesar que la noticia ha tenido una repercusión exagerada en los medios dado que, en realidad, se trata de la confirmación de un puesto que S.E.R. el Card. Parolin me había otorgado en 2016, después de que mis superiores en la Biblioteca Vaticana me hicieran responsable de la Secretaría. Varias agencias de prensa han destacado el nombramiento quizás porque se ha producido junto al de Antonella Sciarrone Alibrandi, de mayor relevancia, como miembro del Consejo Directivo del AIF (Autoridad de Información Financiera).

Por supuesto, agradezco enormemente al Santo Padre la ratificación oficial del puesto; el papa Francisco tiene muy presente la labor profesional de las mujeres en la actividad de la Santa Sede, al mismo tiempo, es un deber para mí recordar que fueron los Prefectos de la Vaticana, tanto Raffaele Farina, ahora cardenal, como Mons. Cesare Pasini, el Prefecto actual, los que me nombraron responsable del Departamento de Adquisiciones en 2007 y Secretario ya en el 2012, antes del nombramiento del Card. Parolin. Ambos, y junto a ellos el P. Leonard Boyle, que me dio la oportunidad de trabajar en el Vaticano con un primer contrato de colaboración, han seleccionado al personal en base a sus competencias y sin tener en cuenta el género. Es cierto que la Biblioteca presenta en su organigrama una importante presencia femenina en cargos de responsabilidad, como sucede en paralelo en otras instituciones vaticanas

(Archivoz)¿Cómo se ha desarrollado su carrera profesional dentro de las instituciones vaticanas? ¿Cuáles son las funciones actuales como Secretario General de la Biblioteca Apostólica Vaticana?

(RV) Como he comentado anteriormente, fue el Prefecto Farina (después Cardenal Bibliotecario y Archivero de la Santa Iglesia Romana desde 2007 a 2012) quien me llamó en 2007 para el cargo de jefe del Departamento de las Adquisiciones, la oficina que en la Vaticana se ocupa de la adquisición de impresos. Mi formación es humanística, con una licenciatura en Historia de la Lengua Italiana, y un Diploma en la Scuola Speciale per Archivisti e Bibliotecari, en la Universidad Sapienza de Roma; he completado mi formación con el Diploma en Paleografía Griega y Archivística en el Archivo Apostólico Vaticano y el Diploma de Biblioteconomía en la Scuola Vaticana di Biblioteconomia.

Desde el punto de vista profesional, y teniendo en cuenta mi formación, mi interés se dirigió desde un primer momento al trabajo en bibliotecas y archivos. Después de una primera etapa en Vaticana, en la primera mitad de los años 90’, tuve la oportunidad de trabajar en varias bibliotecas de instituciones académicas (British School at Rome, Ecole Française de Rome, Pontificia Università Lateranense, rete URBS – Unione Romana Biblioteche Scientifiche) o en archivos y centros de documentación de instituciones italianas (RAI, ISTAT, Banca di Roma).

Al volver a trabajar en la Vaticana, y después de algunos años como responsable del Departamento de Adquisiciones, el Prefecto Mons. Pasini me nombró en 2012 responsable de la oficina de la Secretaría, que conlleva varias actividades de coordinación sobre todo con la Prefectura, de la que depende: gestión de las actividades generales de secretaría de Prefectura, Vice Prefectura y Oficina del Cardenal, además del Departamento de Admisiones, que acoge a los investigadores y gestiona el acceso a las salas de estudio; gestión ordinaria del personal; dirección de las tareas relacionadas con el Departamento de Reproducción de documentos; coordinación de las actividades generales de comunicación institucional de la Biblioteca incluida la gestión de las cuentas en redes sociales Twitter (en italiano e inglés) y el control de los contenidos vinculados a la página Web de la Biblioteca.

(Archivoz) ¿Cuál es su opinión personal sobre la apertura del papa Francisco a qué cada vez más mujeres ocupen cargos de responsabilidad reservados habitualmente a los hombres?

(RV) En mi opinión, es una cuestión que debe abordarse en términos más generales y de forma transversal contemplando en primer lugar un reconocimiento de las competencias y conocimientos que vaya más allá del género. Me alegro de que se tenga en cuenta a las mujeres para el acceso a puestos de responsabilidad tradicionalmente reservados a los hombres, pero solo cuando esta noticia no sea recibida como algo insólito o excepcional podremos considerar que el proceso ha finalizado: en ese momento será posible dejar a un lado los discursos de género y concentrarse finalmente en la importancia de la profesionalidad tout court. El Santo Padre habla a menudo del “genio” femenino recordando las características por las cuales las mujeres merecen mayor atención y responsabilidad en el desarrollo de sus actividades profesionales, pero en el ámbito de la Biblioteca, quizás por la fuerte connotación cultural que la distingue de otras instituciones vaticanas, está realidad ya era presente durante el pontificado de papa Benedicto XVI, que nombró a algunas de mis colegas para altos cargos: una de ellas es Barbara Jatta, actualmente directora de los Museos Vaticanos.

En realidad, hace tiempo que las mujeres ocupan cargos de responsabilidad en la Biblioteca y con un nivel de competencia tal que con su labor enriquecen tanto la vida institucional como el conjunto de relaciones y procesos, lo que al final se traduce en un mejor servicio a los investigadores. Como muestra, y por detenerme en aquellas que provienen de países de habla hispana, no puedo dejar de mencionar, con una pizca de orgullo, a la colega (y amiga) Ángela Nuñez Gaitán, responsable del Taller de Restauración de la Biblioteca. El área que dirige ha sido por tradición un ambiente masculino. Ella ha recogido una herencia muy importante, las experiencias y el saber manual que se ha trasnmitido a lo largo de varias generaciones en el Laboratorio, y las ha sabido conjugar con un profundo conocimientos de la teoría moderna de la restauración y, sobre todo, de las tecnologías que permiten una evolución basada en la protección y conservación de los materiales, manteniendo el respeto a su carácter de objetos históricos.

(Archivoz). La Biblioteca Vaticana ha dado en los últimos años un fuerte impulso a la digitalización de sus fondos manuscritos. ¿Qué proyectos existen para un futuro próximo?

(RV) En este momento estamos centrados en el proceso de digitalización, sin embargo, hemos iniciado en modo paralelo una serie de microproyectos colaterales que han ampliado los límites conceptuales. Por citar un ejemplo, a partir de la reproducción digital de los manuscritos se han llevado a cabo otras tareas como la integración con metadatos y la posibilidad de aumentar las posibilidades de estudio en colaboración, gracias a los estándares de interoperabilidad como IIIF, además del estudio de tecnologías más adecuadas para la visualización óptima de detalles difíciles de capturar a simple vista o para el tratamiento digital de materiales especialmente delicados, o a la actividad a favor de la estandarización en el campo de los bienes culturales de los formatos para la conservación a largo plazo como el FITS. Numerosas instituciones académicas de prestigio internacional nos están acompañando en estas nuevas iniciativas, muchas pioneras o de tipo experimental, que podemos considerar que constituyen nuestras propuestas de investigación en un futuro próximo.

(Archivoz) ¿Cómo está viviendo la Biblioteca Vaticana las consecuencias del Covid-19? La Biblioteca Vaticana es una de las instituciones que en primer lugar ha abierto sus puertas a los investigadores, respetando siempre todas las normas necesarias de seguridad e higiene. ¿Cómo valora este esfuerzo, que ha sido muy apreciado por la comunidad científica?

(RV) Al principio, se hizo un esfuerzo importante para trasladar las actividades ordinarias al teletrabajo, no siempre ha sido fácil, pero gracias a la colaboración entre los diferentes departamentos se pudo garantizar la continuidad a distancia de los servicios que no podían sufrir pausas o retrasos. Posteriormente, y al descender el nivel de emergencia, se pudo iniciar un proceso para poder abrir la Biblioteca con todas las medidas de seguridad y volver a las actividades ordinarias. En paralelo, se llevó a cabo un trabajo preliminar de supervisión de los de los espacios para evaluar los posibles riesgos y limitaciones; todo ello, en colaboración con el sistema sanitario interno que nos ha indicado las pautas a seguir.

Una vez que pudimos constatar que respetando las normas de distanciamiento y de higiene era posible retomar nuestras actividades para dar la posibilidad a los investigadores de completar el año académico, hemos abierto las Salas. Ha requerido un gran empeño, pero hemos sido premiados con la gratitud de los estudiosos, que constituyen nuestro focus institucional.

(Archivoz) ¿Qué tipología de usuario consulta y accede habitualmente a los fondos de la Biblioteca Vaticana? ¿Para la adquisición de nuevos fondos bibliográficos qué criterios se siguen en la actualidad?

(RV) Nuestros investigadores son en su mayoría académicos o especialistas en disciplinas humanísticas; la Biblioteca está abierta, de acuerdo con los deseos de los papas que, a lo largo del tiempo, a partir de Nicolás V en adelante, se han sucedido a la cabeza de la Iglesia, a todas las personas, sin distinción de raza, religión o creencia política. Con todo, conservamos un patrimonio particularmente delicado y rico que tenemos el deber de transmitir a las generaciones futuras, por ello el acceso a las colecciones está determinado por los objetivos y especialización de la investigación, lo cual constituye un criterio fundamental para recibir el carnet de la Biblioteca. Naturalmente, también acogemos a los estudiantes que están terminando sus estudios de licenciatura o la han obtenido recientemente, siempre que sus estudios requieran la consulta de los materiales conservados en la Biblioteca. Por regla general, intentamos equilibrar los dos aspectos de la consulta y la conservación, por tanto, invitamos a los investigadores a consultar primero la copia digital y, en un segundo momento, acceder a los originales (siempre que las condiciones del original lo permitan).

Los fondos manuscritos y todos aquellos materiales especiales como las estampas, las fotografías y el patrimonio numismático, conforman colecciones históricas que, salvo casos excepcionales de donaciones o compras particulares, no son alimentadas; los fondos impresos (o su correspondiente electrónico) están abiertos a las adquisiciones y constituyen la linfa vital de la actividad de investigación académica y, por ello, existe una oficina dedicada (del cual he sido responsable de la gestión, como comentaba, desde el 2007 al 2012), dentro del Departamento de Impresos, que se ocupa de las adquisiciones por compra, donación o intercambio. Los criterios se basan en su relación con las disciplinas representadas en las colecciones de la Biblioteca, y un grupo de personas expertas en las diferentes materias, dentro de nuestro personal, asesora a la responsable del Departamento en la selección de los títulos, utilizando en ocasiones las diferentes soluciones ofrecidas por los proveedores más organizados, que a menudo preparan listas de material específico para cada una de las bibliotecas en modo que la selección de las obras funcione de una manera más eficaz.

(Archivoz) Para finalizar, ¿Podría adelantarnos los proyectos que en modo general se plantea la Biblioteca Vaticana para el futuro?

(RV) Ya he comentado las actividades que se están desarrollando en modo paralelo a la digitalización y que probablemente constituirán el centro temático de nuestros intereses de desarrollo e investigación para el futuro. Añado que cada iniciativa requiere un esfuerzo constante para conseguir fondos suficientes que garanticen la cobertura económica: los colaboradores, pero también las actividades de estudio e instrumentación, necesitan, cómo es justo, de una disponibilidad económica que vaya más allá del presente o de un futuro inmediato. El Departamento de Promoción y Desarrollo se dedica a este aspecto en modo específico y su responsable es, también, una mujer. La Prefectura guía su labor proporcionándole una serie de indicaciones para que entre en contacto con las realidades más adecuadas para apoyarnos, no solo económicamente, sino también con un espíritu justo y una correcta declaración de intenciones.


Entrevista realizada por Marta Pavón Ramírez y Víctor Villapalos

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