Cuando pensamos en el pasado, a menudo estamos sesgados por nuestra educación y una visión de la Historia centrada en reyes y generales, en inventores o soldados. Pero somos descendientes directos de esas personas que, tras el cristal de nuestra perspectiva, parecen ajenas, lejanas y solemnes. Pero las personas de siglos anteriores no eran muy diferentes a las del siglo XXI: reían, trabajaban, se preocupaban de sus seres queridos y, con las obvias diferencias sociales y tecnológicas, no eran tan diferentes a nosotros. La mejor prueba de esto es ver que el comportamiento de los niños es el mismo ayer y hoy: juegan con animales, se ríen ante la cámara y, en definitiva, se comportan como cualquier niño de hoy.
La obra de los hermanos Lumière, considerados los padres de la cinematografía, no sólo es sobresaliente por el avance tecnológico y la revolución social que supuso su invento; también es una sorprendente ventana a la vida cotidiana de las personas del siglo XIX. No existen tantas grabaciones de la infancia como de otros grupos sociales, por lo que estas breves películas son maravillosas por su rareza y por la cercanía que nos muestran a sus juegos y su vida, que, como hemos dicho, es muy parecida a la de cualquier bebé o niño actual.
Por otra parte, gracias a la restauración y coloreado de las obras audiovisuales de los hermanos Lumière por parte de los laboratorios Topaz, podemos obtener una visión aún más cercana y realista. Os animamos a disfrutar de la alegría de estos pequeños decimonónicos gracias a los avances en la restauración de joyas audiovisuales.