El 3er Congreso Internacional sobre Patrimonio Alimentario y Museos, celebrado los pasados 25 y 26 de noviembre en el Auditorio Alfonso Roig de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia, tuvo como uno de los objetivos subrayar la cualidad de la obra de arte como fuente documental cuando nos adentramos al estudio de la historia de la alimentación. Además de los propósitos de promocionar los museos alimentarios como espacios patrimoniales y resaltar que el patrimonio alimentario es un vehículo de transmisión cultural.
El primer ciclo de comunicaciones se dedicó a hablar de las obras de arte como fuentes de documentación alimentaria. Comenzó con la ponencia de Gerardo Jesús García Olivares, que puso el acento en la necesidad de que los museos de la alimentación españoles necesitan apoyarse en discursos más visuales por medio de las obras de arte para completar sus discursos expositivos. En el caso de la ponencia de Marc Millan Rabasa, puso de relieve la relación entre el patrimonio alimentario y las obras de arte por medio del estudio de los saleros y especieros aragoneses de la época moderna. Estos objetos son documentos de qué especias se utilizaban en la Edad Moderna, así como una expresión de la condición social de sus dueños. Seguidamente José Fenoll Cascales analizó los paneles que Sorolla pintó para Rafael Errázuriz como elementos documentales de la cultura grecolatina: obras de arte clásicas y piezas arqueológicas relacionadas con la vid, el vino y Baco. Subrayando que el pintor era un erudito, gran conocedor de la antigüedad grecolatina. Por otro lado, la ponente Karla Sandoval Téllez presentó un estudio de los bodegones de Francisco Barrera como documento de la introducción de nuevos alimentos y como proyección del estatus en las casas de sus propietarios. En definitiva, unas obras de arte que testimonian los cambios en la alimentación. En el caso de la comunicación ofrecida por Francisca Ramón Fernández y María de los Desamparados Soriano Soto, se centró en un proyecto pedagógico que relaciona la comida con el arte contemporáneo a partir de lo que se denomina «cocina futurista”, inspirada en el Manifiesto de Cocina Futurista de 1930. Partiendo de este concepto, las ponentes desarrollan su discurso analizando desde distintos puntos de vista diferentes obras de arte contemporáneo como Sopa Campbell de Warhol, Nedick’s de Estes, Hamburguesa de piso de Oldenburg, Pasteles de Thiebaud, Sandwich de jamón y huevo de Sparnaay o Figura con carne de Francis Bacon.
A continuación, se presentaron un par de ponencias donde museos dedicados a un alimento concreto se convierten en motores culturales y económicos de la región. Es el caso de las ponencias de Luis Miguel Núñez Romero, alcalde de Jaraíz de la Vera, explicando la relevancia del Museo del Pimentón de la Vera, o la ponencia de Aida San Juan Fernández, donde presenta sus proyectos llevados a cabo con la empresa ProaSur en Fuerteventura. Ejemplos estos últimos de cómo la gestión privada puede establecer un modelo de gestión de éxito en el patrimonio público. En estrecha relación se encuentra la conferencia de Xerardo Pereiro, donde resalta la importancia del patrimonio alimentario, describiéndolo como un instrumento de unión social, cohesión e identificación colectiva.Y también un mecanismo de reproducción de las diferencias sociales y hegemónicas, de disputas y conflictos.
Para finalizar el primer día de jornadas, se dedicaron las últimas comunicaciones a la relación entre el diseño gráfico y la alimentación. La ilustradora Virginia Lorente habló de un proyecto que está desarrollando sobre la recuperación de recetas tradicionales de la cocina valenciana con el objetivo de poner en valor otros platos de esta tradición culinaria más allá de la paella. Maria Isabel Martínez Sosa habló de cómo aborda el diseño gráfico asumido como proceso de investigación científica, con resultados visuales por medio del ejemplo del diseño de la marca del propio Congreso. María Fragoso Mora, explicó su experiencia sobre la ilustración de alimentos, el packaging en el mundo editorial y las características que este tipo de ilustración tiene. Y concluyó con la conferencia de Puri García sobre el diseño de alimentos, las modificaciones que ocurren en los alimentos y cómo los sentidos afectan el diseño de los alimentos.
El segundo día de jornadas se inició con la conferencia de Linda Roodenburg explicando las partes de las que se compone su museo virtual (FoodMuseum) donde mezcla composiciones de las diferentes tipologías de alimentos y de obras de arte a lo largo de la historia que sirven como documento gráfico para hablar de la historia de la alimentación.
Se dedicó un ciclo de comunicaciones a la vertiente más antropológica del binomio de Alimentación y Museos. David Francisco Torres del Alcázar habló de los bordados de los pasos de Semana Santa en dónde aparecen frutos como la granada, los dátiles, las uvas o los higos y cuál es el significado que se le atribuyen. Diana Roberta Borras Rhodes explicó la patrimonialización del acervo culinario en torno al mar. Con ello lo que pretende reflejar son los cambios sociales en la pesca tradicional y la cocina marinera. En el caso de la comunicación de Maria Gracia Salvá Picó habló sobre la realización de diferentes talleres por medio del análisis de la historia del arte a través de su gastronomía. Resaltó los tres talleres realizados en el museo sobre historia medieval, el vino y el chocolate, que supusieron un notable aumento de visitantes. La comunicación de Vanesa Quintana Cabello consistía en un extracto de su tesis doctoral sobre la introducción de productos americanos en España, donde explicó la llegada del chocolate en nuestro país y las reacciones que suscitó a través de documentación y de representaciones artísticas.
La conferencia de Pauline Leclercq puso de manifiesto la estrecha relación de la vida y la obra de Toulouse Lautrec con el patrimonio gastronómico. Ilustró esta relación a través de la documentación tanto visual (por medio de sus cuadros y dibujos), como escrita (el cuaderno de recetas del propio artista).
Se dedicó otro ciclo de comunicaciones a la alimentación como elemento performativo. Para ello se contó con la ponencia de la artista Nuria Faba Muñoz cuya obra posee una visión particular del arte sobre la alimentación a través de la performance. Javier Leñador González- Páez, dedicó su intervención al concepto de nostalgia en el arte contemporáneo haciendo apelación a la idea proustiana del recuerdo por medio de la experiencia gastronómica y cómo algunos artistas actuales lo reflejan en sus obras. La comunicación de Gerardo Jesús García Olivares se centró en la comida dentro de la filmografía de Pedro Almodóvar. Resaltó el concepto de cocina como un elemento performativo y a la vez como un elemento simbólico a lo largo de las películas y cortos del cineasta. Llegando a la conclusión de que el cine permite una construcción de un ideario alimentario de un país.
La última mesa redonda de las Jornadas se dedicó al Arte, comunicación y creación culinaria. Borja Guilló Soler y Marian Tristán Richarte nos presentaron el Museo Escolar de Puçol y las actividades llevadas a cabo en el mismo con el fin de preservar las tradiciones y formas de hacer de la región. Andrea Ainsa, desde una perspectiva más tecnológica, habló de cómo evoluciona a lo largo del tiempo el consumo de la pasta y nos presenta el proyecto Sea2pasta de la Universidad de Zaragoza. En la comunicación de Lucero Liriano Castillo, Maria Isabel Martínez Sosa y Georgina Heliana Batista Schrils presentan una investigación basada en la identificación de perfiles de abanderados y embajadores que ensalzan la gastronomía dominicana. Respecto a la ponencia de Maria Desamparadaos Soriano, presentó una visión sobre la reutilización del coco tanto en arte, como de fertilizante para vermicompostado.
Para clausurar el congreso, se contó con dos conferencias que abarcaban los conceptos que se venían a discutir en las mismas. Como la representación de los alimentos en las obras de arte a través de la conferencia de Eduardo Barba Gómez sobre la botánica comestible del Museo del Prado. O los museos que utilizan la alimentación como centro de su discurso o de forma transversal como explicó la ponencia de Lauran Bonilla-Merchav sobre el papel del museo alimentario.
*Imagen de cabecera: Sesión de inauguración del III Congreso Internacional sobre Patrimonio Alimentario y Museos