La figura del insigne Archivero Aurelio Tanodi es reconocida por la gran mayoría de los países de América Latina e incluso en Europa. Su trabajo teórico fue la semilla que llevo el conocimiento de la Archivística a toda la región y fue por mucho años lectura obligada para quienes se atrevían a abrazar esta profesión,  aún desconocida para muchos no solo en América sino en otros países del mundo. El Maestro Tanodi o el Profesor Tanodi como muchos de sus estudiantes le llamaban inspiró a otros archivistas a promover no solo la ciencia de los archivos sino a liderar el desarrollo archivístico en sus propios países. Para las nuevas generaciones de Archivistas su nombre hoy en día no es tan conocido, y siendo como somos una profesión dedicada a preservar la memoria, la revista Archivoz quiere recordar a quien es considerado el Padre de la Archivística Latinoamericana, y qué mejor forma de hacerlo que entrevistado a su hija y también Archivista o Archivera Branka Tanodi -a quien le damos la bienvenida- para que nos hable del legado de don Aurelio Tanodi.

(Archivoz) Háblenos un poco de la inmigración del Maestro Aurelio Tanodi a la Argentina y como fue su contacto con la archivística.

(Branka Tanodi) El interés y su contacto con la archivística comenzaron durante los años de estudiante de Historia en Croacia, al dedicarse especialmente a la paleografía y la diplomática, por lo cual sus investigaciones lo conectaron con el archivo.

Terminados sus estudios (1938) comenzó a trabajar en el Archivo Municipal de Varazdin, en la sección de documentos medievales. Por iniciativa de su antiguo profesor de Paleografía pasó a trabajar al Archivo Nacional Croata de Zagreb (1940), en plena Segunda Guerra Mundial, entre sus funciones estuvo efectuar inspecciones a varios archivos del país, asimismo, amplió sus estudios en archivística y obtuvo el grado de Doctor en Filosofía, especialidad Historia. Finalizada la guerra emigró por razones política (la llegada del Mariscal Josip Broz (Tito) al poder). En 1946 durante su exilio en Austria, además de realizar estudios de Derecho, investigó en el Archivo Provincial de  Estiria, visitó varios archivos y tuvo la idea de crear un archivo de migrantes croatas, proyecto que no se concretó por ofrecerle ir a Roma a prestar servicio en la Universidad Pontificia Antonianum de los padres franciscanos.  Su paso a Italia,  según su propio relato fue “una noche de febrero de 1947 crucé, con la ayuda de un fraile tirolés, las gélidas alturas nevadas del paso del Brenero, esquivando fuerzas fronterizas austríacas e italianas”; para radicarse en Roma.  Allí, cursó durante un año lectivo (1947-48), archivología en el Archivo Secreto Vaticano y bibliotecología en la Biblioteca Apostólica Vaticana.  Aunque los franciscanos querían que se quedara como especialista para los documentos relacionados con los pueblos eslavos en el Archivo Secreto Vaticano, su destino lo trajo a Argentina en 1948, a bordo de un buque de transporte de tropas norteamericanas, puesto a disposición de la Cruz Roja, institución que le había otorgado el pasaporte para poder viajar.

(Archivoz) Como fueron esos primeros años del Maestro Tanodi en la Universidad de Córdoba.

(Branka Tanodi) En Buenos Aires trabajó primero en una fábrica textil, para pasar luego a Comodoro Rivadavia como jefe de personal de una empresa constructora. Allí le llega la noticia que en el nuevo Plan de Estudios de La Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba se introdujo la cátedra de Paleografía y Diplomática, se presenta al concurso  (1953) y ya en la cátedra, organiza las Misiones Universitarias Archivológicas, en las cuales hace un diagnóstico de la situación de los archivos más importantes del país. De allí  surge la idea de la necesidad de crear una escuela de archiveros, al advertir la falta de personal capacitado profesionalmente.  Hecho que se concretó en 1959.

(Archivoz) Argentina ha sido reconocido como un país pionero en desarrollo Archivístico latinoamericano durante varias décadas del siglo pasado, el cual tuvo su máximo esplendor con la Escuela de Córdoba.

(Branka Tanodi) Como el organizador  y director de la única Escuela de Archiveros del país, además de la enseñanza, debía funcionar como un centro de investigaciones, asesoramiento, coordinación y extensión archivística, para formar archiveros para todo el territorio nacional, hasta que se establecieran otras carreras, sobre todo en Buenos Aires. Organizó las Primeras Jornadas de Archiveros de Argentina en 1959, las cuales no fue fácil continuar ante la falta de cierta conciencia archivística y de medios económicos, desarrollándose las siguientes  con intervalos de varios años. Dictaba cursillos en varias ciudades argentinas, asesoramientos, publicó libros, monografías y artículos. Bajo su dirección la Escuela de Archiveros pasó a ser la referente en materia archivística, dado que era la única en el país.

(Archivoz) El Centro Interamericano de Desarrollo de Archivos (CIDA), auspiciado por la OEA, marcó un hito para el desarrollo archivístico latinoamericano, en cuyas aulas se formaron los principales archivistas de la región, y desde donde la semilla del Maestro Tanodi se dispersó por diversos países, entre ellos Colombia, Perú, Costa Rica, Chile y muchos más, llegando a ser casi un movimiento regional que abriría el camino de nuestros países en esta disciplina. ¿Qué aspectos destaca del trabajo del profesor Tanodi y el CIDA en esos años gloriosos?

(Branka Tanodi) La razón de los cursos fue  la necesidad de la formación de archiveros en la región, falencia que se comprobó en las visitas que realizó el Dr. Tanodi a diversos repositorios en los países miembros de la OEA. La escasez de personal con conocimientos necesarios para cumplir con tareas ejecutivas o de organización interna de los archivos, fue el motivador para que la OEA solventara los cursos.

El Centro Interamericano de Desarrollo Archivístico  (CIDA) en sus orígenes se denominó Centro Interamericano de Formación de Archivos (CIFA), fue un convenio entre la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Cancillería Argentina. Aunque hubo otras propuestas para su establecimiento se radica en Córdoba por la trayectoria del Dr.  Aurelio Tanodi.

Creo que el nivel académico se debió a diversos factores, en primer lugar a la profesionalidad y el empeño que puso el Dr. Tanodi en organizar los cursos, sin obviar el más mínimo detalle para su realización. La selección de los becarios, el Plan de Estudios, los docentes, a quienes nos exigió la mayor dedicación y  compromiso en impartir las materias. Las visitas de los becarios a los diversos repositorios, después de las cuales debía presentar por escrito una descripción de los mismos, los trabajos prácticos y la pasantía en Buenos Aires en el Archivo General de la Nación y asistencia a otros repositorios públicos y privados; todo contribuyó para que el nivel de los cursos fuera tan meritorio.

También fue muy enriquecedor la comunicación entre los becarios y los profesores sobre la situación de la archivística en sus respectivos países que en muchos casos ayudó a detectar las realidades propias de cada uno, a conocer el estado general de la región, aportar entre todos ideas para ayudar a dar soluciones en los diferentes casos.

Los profesores visitantes que llegaron a Córdoba impartiendo cursos sobre sus diferentes especialidades contribuyeron a ampliar más la formación de los becarios. Sólo quiero destacar, sin  lesionar la calidad profesional de ninguno de ellos, la visita de la Dra. Vicenta Cortés Alonso, que falleció hace poco, como la primera y una de las visitas más notorias al Centro, hecho que se concretó varias veces más. También porque ella dirigió en otro Centro de la OEA, situado en Madrid (España) para la formación de archiveros de archivos históricos, ya que el de Córdoba formaba más para archivos administrativos.

El Centro ofreció también a los participantes del Curso material bibliográfico sobre  archivos, mucho del cual se imprimía en el mismo. El Boletín Interamericano de Archivos, luego Anuario Interamericano de Archivos, publicado en la Dirección de Publicaciones  de la Universidad Nacional de Córdoba, cuyo director fue el Dr. Tanodi, sobre temas archivísticos fue asimismo, un factor importante.

También la provisión de equipos técnicos  como la imprenta para las publicaciones, suministros y elementos de laboratorio para la microfilmación y el taller de restauración;  incluso creo que la primera computadora que llegó a la UNC fue enviada por la OEA para los cursos de CIDA.

Creo que también contribuyeron a cambiar una realidad muy frecuente todavía y que causaba hasta cierta gracia e ironía, por lo repetido que se presentaba para muchos y era que al archivo se destinaba como castigo, generalmente por cuestiones políticas o resentimientos personales.

(Archivoz) Porque se cerró el programa de formación del CIDA, adscrito a la Universidad de Córdoba, habiendo logrado un reconocimiento internacional por su alto nivel académico, siendo prácticamente un posgrado de nivel de Maestría, en momentos en que se necesitaba aumentar el número de archivistas en la región?

(Branka Tanodi) La situación económica general de la OEA fue la razón El programa de la OEA debía durar 10 años; se prolongó por los resultados que se obtuvieron en la formación de los becarios, 5 años más. Sin embargo, a los fines de no interrumpir el programa que tan bien se venía desarrollando, se decidió dividirlo en dos centros: uno en Lima(Perú) y otro en San José de Costa Rica, ambos funcionarían  en los respectivos Archivos Nacionales, donde ya había exbecarios de Córdoba dispuestos a asumir la responsabilidad de continuar con el proyecto.

(Archivoz) A qué atribuye usted que su padre, el profesor Tanodi, siendo inmigrante, asumiera con tanta pasión su empeño por contribuir al desarrollo de la archivística latinoamericana?

(Branka Tanodi)En este punto voy a parafrasear sus propias palabras, que creo expresan con más exactitud su pasión por los archivos y el porqué de su empeño por  el desarrollo de la archivística latinoamericana, al recordar que al obtener la ciudadanía, estando en las “áridas latitudes patagónicas” besó el suelo y prometió dedicar su vida a su gran pasión: los archivos.  Quedó fiel a esa decisión de trabajar por Argentina y por América Latina al margen de las fluctuaciones políticas o ideológicas, bregando en un campo científico que tiene tanta repercusión, silenciosa pero fundamental, en la investigación histórica y organización adminisrativa.

(Archivoz) Usted cree que hoy en día podemos hablar de una archivística latinoamericana, tomando como origen los postulados teóricos del Maestro Tanodi.

(Branka Tanodi) Estoy segura que sí. El dio el puntapié inicial con su Manual de Archivología Hispanoamericana, texto que aún hoy es consultado como la base de estudios archivísticos. Los conceptos fundacionales están allí, aunque desde su publicación en 1961, es mucho lo que se ha escrito y escribe sobre teoría y práctica archivística.

(Archivoz) Podemos decir que actualmente la archivística se debate en una crisis de identidad, debido a los continuos cambios de los medios de registro de la información?

(Branka Tanodi) Los postulados fundamentales de la archivística  siguen siendo los mismos, si bien los servicios archivísticos actuales son el resultado de nuevas corrientes científicas, debido a la preocupación por la gestión administrativa en cuanto se refiere a los documentos que producen todas las administraciones desde los grandes ministerios hasta la más pequeña empresa. Las tareas de gestión de documentos, ordenación, descripción, servicio, etc, continúan existiendo, aún en los nuevos soportes electrónicos, que  tienen que adaptarse  a la moderna tecnología, temario recurrente en los Congresos y Jornadas, tanto nacionales como internacionales de las dos  últimas décadas. Hoy en día se perciben en estos encuentros entre los profesionales una gran preocupación por la actualización de procedimientos.

(Archivoz) Que representa para usted ser hija y a la vez colega del profesor Tanodi, cuyo legado esta grabado en toda la región y en el mundo archivístico?

(Branka Tanodi) Debo reconocer que en primer lugar un gran orgullo. Fue también una enorme responsabilidad durante mis años de docente e investigadora, no defraudar al maestro. Agradezco sus enseñanzas, para los cuales él siempre tuvo la mejor disposición de guía y consejero y también recuerdo nuestras largas conversaciones sobre los temas que a ambos nos apasionaban: la paleografía, la diplomática y sobre todo los archivos.

(Archivoz) Que pensaría su padre de la situación de la Archivística latinoamericana, teniendo en cuenta los riesgos que enfrenta hoy por causa de la digitalización de nuestra sociedad?

(Branka Tanodi) Conociendo algo de su pensamiento, estoy segura que respaldaría las nuevas tecnologías.

Siempre fue un visionario, se adelantaba a su tiempo, en una de sus conferencias, ya en los años 80, al hablar sobre el universalismo archivístico destacó que aplicada al campo archivístico la técnica “con las nuevas máquinas más o menos uniformadas en sus estructuras y procedimientos impone progresivamente, que el vertiginoso progreso científico-tecnológico, unido a otros factores del desarrollo humano, lleva a cambios fundamentales en el quehacer archivístico, con la explosión cuantitativa de documentos escritos  y reproducidos en papel, y cualitativa en nuevos soportes del contenido o texto, que fue y es la razón de ser de su creación como consecuencia de su sistematización y consulta, y crea nuevos factores que llevan a una verdadera revolución archivística… que exige del archivero moderno la rápida adaptación a la urgente aplicación de  nuevos procedimientos que irrumpen en la secular y lenta evolución de los archivos tradicionales, tradición que se remonta en muchos repositorios iberoamericanos a la época colonial luso-hispánica”.

(Archivoz)Finalmente, desde el profundo conocimiento que usted tiene del trabajo de su padre, cuál es el principal legado del maestro Aurelio Tanodi para la Archivística latinoamericana?

(Branka Tanodi) Seguramente su gran legado ha sido  la expansión que ha tenido la Archivística; que se hizo conocida a nivel latinoamericano y más allá, desde una Escuela de Archivología, en una ciudad muy al sur del continente americano, a partir de un inmigrante croata quien puso toda su pasión en hacer conocer, crecer y difundir la importancia de los archivos y de la profesión archivística.

(Archivoz, en colaboración con Carlos Alberto Zapata) ¿Cuando estará lista la historia del Centro Interamericano de Formación de Archiveros?, la cual es de imperiosa necesidad para conocer el legado de su Padre y de todos aquellos archivistas latinoamericanos que pasaron por las aulas de la Universidad de Córdoba.

(Branka Tanodi) Estoy en deuda con al Profesor Carlos Zapata, no me he olvidado de la promesa que le hice en Asunción (Paraguay), durante el VIII Congreso Iberoamericano de Archivos Universitarios, de hacer la Historia del Centro Interamericano de Formación de Archiveros.

Con mucho entusiasmo la he iniciado, por diversos motivos no pude darle la continuidad deseada.  La situación se complicó el año pasado, las circunstancias por todos conocidas,  obligaron al cierre de la Escuela de Archivología de la UNC, lugar donde los documentos que han quedado del Centro se conservan. Si le quiero decir, que he encontrado, entre los becarios del III Curso  Interamericano de Capacitación Archivística, en el año 1976 a su padre León Jaime Zapata García. Seguiré investigando en cuanto pueda acceder nuevamente a los documentos.

Un profundo agradecimiento a la maestra Branka por su disposición y tiempo para esta entrevista en la que recordamos y exaltamos la valiosa labor del maestro Aurelio Tanodi. Así mismo, gracias a nuestro amigo Carlos Alberto Zapata, quien nos posibilitó el contacto y preguntas para esta entrevista. Gracias por apoyar a Archivoz y permitirnos contar este tipo de historias, tan valiosas para las nuevas generaciones de archivistas en todo el mundo.


Entrevista realizada por Sergio Gómez Flórez

 

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